
En 2025, la lucha contra la contaminación por plástico ha encontrado un aliado inesperado en el reino fungi. Científicos de todo el mundo están explorando el potencial de hongos degradadores de plástico, una solución que parece sacada de la ciencia ficción pero que ya está mostrando resultados prometedores en laboratorios y entornos controlados.
El Descubrimiento que Cambió Todo
En 2011, estudiantes de Yale descubrieron en la Amazonía el hongo Pestalotiopsis microspora, capaz de descomponer poliuretano (un plástico común en espumas y adhesivos). Este hallazgo abrió la puerta a investigaciones más profundas:
- 2023: Equipos del Royal Botanic Gardens, Kew identificaron 436 especies de hongos con capacidad de degradar plástico.
- 2025: La Universidad de Sydney logró modificar genéticamente el Aspergillus tubingensis para descomponer PET (usado en botellas) en solo 60 días.
¿Cómo Funciona?
Los hongos producen enzimas (como la cutinasa y la lipasa) que rompen los enlaces químicos del plástico:
- Adhesión: El micelio (red de filamentos del hongo) se adhiere al plástico.
- Degradación: Las enzimas transforman los polímeros en moléculas más simples.
- Metabolización: El hongo absorbe estos compuestos como nutrientes.
Dato clave: Algunas cepas convierten el plástico en biomasa comestible rica en proteínas.

Proyectos Innovadores en 2025
- FungiNet (UE): Red de «granjas micóticas» en vertederos que procesan 1 tonelada de plástico/día.
- Plastic Eating Mushrooms (PEM): Kits domésticos con Pleurotus ostreatus (hongo ostra) para degradar bolsas y envases.
- Ocean Mycoremediation: Boyas con esporas de hongos marinos para limpiar microplásticos.
Desafíos Pendientes
- Velocidad: Aún es lenta para escala industrial (vs. producción plástica global).
- Especificidad: Cada hongo solo actúa sobre ciertos tipos de plástico.
- Seguridad: Riesgo de liberar hongos modificados al medio ambiente.
El Futuro: ¿Solución Definitiva o Complemento?
Expertos prevén que para 2030:
- Los hongos podrían gestionar hasta el 5% de los residuos plásticos globales.
- Se desarrollarán «superhongos» mediante CRISPR para acelerar el proceso.
- Surgirán bioplásticos diseñados para ser degradados por hongos.
«No es una bala de plata, pero es una herramienta poderosa en nuestro arsenal antroplástico» — Dra. Vera Meyer, experta en biotecnología fúngica.